La abogada defensora estuvo de acuerdo con la solicitud de pena del fiscal. El acusado fue sorprendido ‘in fraganti’ con 21 paquetes de hachís.
El acusado no se presentó al juicio, pero éste se celebró en su ausencia y terminó con la aceptación por parte de la abogada defensora de la petición de condena de la fiscal. Por un delito contra la salud pública, es decir, por tráfico de drogas, será condenado a un año de cárcel y al pago de una multa de 300 euros. Los únicos testigos que comparecieron en la vista fueron los dos policías que detuvieron al procesado con la droga encima.
Ambos agentes explicaron que estaban patrullando por la zona de la urbanización Minas del Rif cuando vieron a una persona que mostraba un comportamiento extraño. Tenía una actitud “vigilante” y al ver a los agentes circulando en moto por la zona se escondió “algo” bajo los pantalones.
Los policías procedieron a la identificación del sospechoso y a su cacheo en un portal cercano. Entre sus pertenencias, los agentes hallaron 21 paquetes de droga, aparentemente hachís, envueltos en papel transparente y en diferentes tamaños y una navaja.
Los agentes, al ver el arma, sospecharon que pudiera tratarse de un instrumento para cortar la droga y no para otro uso supuestamente delictivo. En todo caso, procedieron a la detención del joven, quien no dio ninguna explicación sobre el hallazgo de la droga que se había escondido bajo los pantalones. La fiscal preguntó si el detenido alegó que la droga era para consumo propio, pero ambos policías aseguraron que el procesado no dijo nada en ese sentido.
Así pues, el caso quedó visto para sentencia después de la petición de la Fiscalía de la pena mínima por un delito contra la salud pública: Un año de prisión y 300 euros de multa. En caso de que el procesado no abone la multa, el Ministerio Público solicitó la imposición de cinco días más de cárcel.
El valor de la droga y las partes del cuerpo
Uno de los policías que detuvo al acusado explicó que, efectivamente, el joven, al percatarse de la presencia policial, escondió “algo en sus partes”. En su cacheo hallaron 21 pequeños paquetes de trozos de hachís de diferentes tamaños y una navaja.
El agente explicó que es habitual que las personas que se dedican al menudeo lleven este instrumento para cortar la droga según lo que le solicite el cliente.
Pero también es costumbre en el menudeo que los ‘vendedores’ tengan la droga cortada en diferentes tamaños y la guarden en diferentes partes del cuerpo según el valor económico que le den. Así, cuando un ‘cliente’ les va a comprar droga le da un trozo de un tamaño u otro según si el gasto es de 5, 10 ó 20 euros.
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