Opinión

Abril, el mes de las listas electorales

El mes de abril es el período preelectoral por excelencia. De hecho, las elecciones municipales y a las asambleas de Melilla y Ceuta fueron convocadas por el Gobierno el pasado día 3. La convocatoria abría el proceso y establecía con toda claridad que los partidos políticos debían presentar sus respectivas candidaturas ante la Junta Electoral de Zona como máximo hasta el 24 del mismo mes.

Socialistas y populares fueron las organizaciones más madrugadoras a la hora de dar a conocer sus listas. El grueso de candidaturas, sin embargo, apuró hasta el último instante para publicar sus propuestas. No obstante, ya se habían producido varias filtraciones; la más importante de ellas, que Dunia Almansouri encabezaría la lista de CpM, el secreto que los cepemistas querían tener mejor guardado pero que trascendió gracias a El Faro días antes de la confirmación oficial del partido.

En definitiva, poca novedad se puede observar entre los números uno de las candidaturas con más posibilidades de obtener representación en la Asamblea tras el 28M si tenemos en cuenta quiénes son los líderes de cada formación política.

Juan José Imbroda (PP), Gloria Rojas (PSOE), José Miguel Tasende (Vox), Gema Aguilar (Podemos) y Amín Azmani (Somos Melilla). Almansouri es la nota discordante pero por un único motivo: Mustafa Aberchán no puede presentarse a las elecciones por la inhabilitación impuesta por los tribunales como consecuencia de la condena por la compra de votos en 2008.

En total, son nueve las listas de cara a las elecciones a la Asamblea. A las seis ya citadas hay que unirles Creando Melilla (Jesús Delgado Aboy), Los Verdes (Nourdine Ahmed) y Adelante Melilla (Sad Mahmoudi).

Y llegada la convocatoria de elecciones surge, como siempre, el tema del voto por correo, la compra de votos. Es un clásico que se produce en cada llamamiento electoral y que enfrenta a los partidos políticos, que se acusan mutuamente de estar detrás de este sistema tramposo.

Cepemistas, populares y socialistas se han venido pronunciando sobre todo ello en este último mes en un debate inútil puesto que la legislación vigente en materia electoral no permite a anular los votos emitidos por ese sistema. A pesar de ello, se han oído propuestas tan peregrinas como que no valgan esas papeletas o que los partidos firmen un documento pidiendo a la Junta Electoral que solo sean válidos los votos por correo que tengan causa justificada.

Desde el punto de vista político-electoral, los últimos días de marzo y los primeros de abril han sido bastante prolíficos en presentaciones de proyectos, anteproyectos, obras e inauguraciones por parte del Gobierno. Asimismo el PP ha mostrado músculo con las visitas de dirigentes nacionales como Pedro Rollán o el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado. Es además el único partido que ha dado a conocer su programa electoral con más de 800 medidas, ha presentado su lista en un acto público y tuvo un encuentro con los empresarios locales.

Tampoco se puede olvidar la visita que realizó a la ciudad el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al objeto, según se decía oficialmente, de estar con los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y agradecerles su labor. Marlaska anunció durante su estancia en Melilla que la frontera inteligente será una realidad el próximo mes de septiembre.

Al margen de la política, abril ha sido el mes de celebraciones importantes para las tres grandes comunidades melillenses: los cristianos asistieron a su Semana Santa, los musulmanes han cumplido el Ramadán y los hebreos han tenido su Pesaj; o sea, Melilla ha vuelto a dar un ejemplo de multiculturalidad.

La Semana Santa ha contado esta vez con la mayor participación ciudadana que se recuerda en mucho tiempo y ha dejado de manifiesto que el relevo generacional está llegando ya a unas cofradías que desarrollaron un magnífico trabajo para sacar a la calle la mejor representación plástica de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

El Ramadán estuvo impregnado por un buen número de actividades, guardería nocturna incluida, y una iluminación muy especial, con túnel en la calle O’Donnell. Terminó, por cierto, con un multitudinario rezo conjunto en la Plaza Multifuncional, al que asistieron 9.000 personas. Al día siguiente y por primera vez, una gran fiesta para mayores y pequeños.

Y el Pesaj reunió a las familias hebreas de Melilla en su conmemoración anual por la salida de Egipto.

Este mes que ha transcurrido se puede considerar también como el de las movilizaciones en distintos sectores de la ciudad. A la huelga de médicos, que viene coleando desde marzo, se unieron los funcionarios de Justicia, así como policías locales y bomberos, estos últimos en demanda del cumplimiento de los acuerdos del año 2019 y de su situación laboral, respectivamente.

Las ciudades autónomas españolas tampoco se libraron en abril de las reivindicaciones anexionistas de Marruecos. El presidente del Senado marroquí, Ennam Mayara, aseguró que “se recuperarán” Melilla y Ceuta, algo de lo que posteriormente se desdijo pero que llevó a que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, dejara clara la españolidad de ambos territorios.

La situación de la frontera y los retrasos que está experimentando la reapertura de la aduana comercial fueron los argumentos por los que CpM organizó una caravana automovilística de protesta. La convocatoria cepemista reunió a unos doscientos vehículos, que recorrieron la ciudad para dejar patente el malestar melillense por esa situación.

Se celebró en abril la Semana de Cine, cita ineludible para los amantes del séptimo arte, que en esta ocasión tuvo un protagonista de lujo: el realizador Fernando Méndez-Leite, que obtuvo el premio José Sacristán junto a la actriz María Barranco. En este ámbito hay que destacar que la inauguración de la semana contó con la ópera prima de la directora cinematográfica melillense Ceres Machado, titulada “Reflejos en una habitación”.

No se puede terminar este somero resumen de las noticias más destacadas del mes de abril sin hablar del nuevo buque de la compañía Balèaria, que comenzó a operar en la línea de Melilla con Málaga el día 4. Se trata, prácticamente, de “un hotel de cinco estrellas”, según la propia naviera, que inicialmente tiene fletado el barco, llamado ‘Rusadir’, durante siete meses.

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