Abdeselam Mohamed: “Hay una fecha de caducidad y es el 31 de mayo, cuando terminan los ERTE”

El presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla Acsemel, Abdeselam Mohamed, teme que con el fin de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) llegue el adiós definitivo para las empresas que se han dedicado a la venta de mercancía que iba hacia Marruecos. Llevan un año cerrados por completo, pero sus problemas empezaron mucho antes. El cierre de la aduana comercial fue un golpe fuerte para el sector, pero ya poco a poco se iba determinado de forma aleatoria por el país vecino qué mercancía entraba y cómo provocando también la bajada de las ventas.

Mohamed explica que en esos meses previos a la llegada de la Covid-19 la reducción de las ganancias fue de un 60%. Y tras un año en el que las puertas de sus empresas no han vuelto a abrir, pues la situación es aún más complicada.

Se pregunta cuántas empresas podrán aguantar, una vez que terminen los ERTE, porque llevan con pérdidas varios años y otros 12 meses cerrados sin actividad. Pero cree que lo peor de esta situación de incertidumbre es no contar con información del Gobierno central. No tienen respuesta a las peticiones de las líneas marítimas para generar nuevas rutas comerciales. “No existe voluntad política por ayudar a esta ciudad a creer en un futuro próspero”, concluye.

–La situación de las empresas que llevaban mercancía a Marruecos por la frontera se había vuelto complicada ya antes de la pandemia por las decisiones del país vecino sobre qué mercancía pasaba o qué no. ¿A qué creen que se debe esas decisiones? ¿Cómo les afectó? ¿Cuánto se vio disminuido su negocio en ese periodo previo a la llegada de la Covid-19?

–Marruecos está legitimado en defender sus intereses económicos, pero hay que recordar que el comercio con el vecino país dista desde hace muchos años, y querer de forma unilateral acabar con este negocio, creemos que no es lo correcto. Está claro que en este último año lo estamos pasando muy mal, pero esto lleva desde el año 2016 con una política por parte de Marruecos y nuestro Gobierno de asfixia total hacia la ‘única industria’ de esta ciudad.

De hecho cuando Acsemel empezó a manifestar la grave situación que estábamos padeciendo nadie nos hacía caso, y se demostró hace dos años cuando llegaron las movilizaciones en la calle, que el comercio en Melilla se moría.

Afectó gravemente no solo a la estabilidad del negocio, si no a su funcionamiento y a los continuos cambios y exigencias, a los cuales, las empresas teníamos que amoldarnos, como empaquetados, numero de máximo de bolsas o bultos, cantidades máximas que el cliente podría llevar... Cosas que no entraban dentro de las competencias de un negocio y debíamos hacerles entender, aún no compartiendo esta forma de llamémosla obligatoriedad de funcionamiento comercial, solo aplicable a nuestros negocios debido a su idiosincrasia. Sin mencionar que esto afectaba a los pocos clientes que seguían haciendo sus compras en nuestros establecimientos, con normas no escritas que debían cumplir para así poder adquirir los escasos productos que aún se podían seguir trasladando a través de frontera, en unas condiciones lamentables y sin orden ni concierto alguno.

Se perdieron y cancelaron contratos trimestrales, semestrales y anuales sobre cosechas, producciones y fabricación de artículos para su venta según temporadas y estaciones, se tuvieron que reprogramar otras muchas, incluso a niveles de coste y precio venta final, solo por el simple hecho de poder ofrecer un producto que vender aunque su beneficio no fuese el inicialmente estimado, solo por no perder clientes o conseguir que a través de estos productos se alcanzase la venta de otros, dando lugar a una suma de márgenes que ofreciesen cierto aliente a la caja diaria.

La reducción previa a la pandemia alcanzó una repercusión mínima en el balance diario de caja de al menos un 60% en todos los negocios, fuere cual fuere el producto al cual dedicase su venta. En muchos casos esta reducción se reflejó incluso de forma más acentuada.

–Hace un año que el estado de alarma nos confinó en los hogares, pero días antes la frontera cerró sus puertas. ¿Cómo vivieron esos momentos?

–Fueron momentos muy difíciles y, a principio, con la esperanza de que fuese por poco tiempo este cierre, pero ahora con la incertidumbre de no saber hasta cuando seguiremos en esta situación, y, lo más grave, sin ningún tipo de información por parte de nuestros gobernantes y sin ninguna alternativa real.

–¿Qué consecuencias ha tenido para el sector ese primer cierre que se creía provisional?

–Grandes pérdidas en mercancías que estaban destinadas al comercio con Marruecos, y que poca salida tienen en esta ciudad.

–¿Cómo están siendo estos meses en los que se ve que la frontera no abre sus puertas?

–Muy duros, pues ya después de un año en el cual nuestros negocios están cerrados, sin generar ningún tipo de ingresos, salvo los casos de empresas que están en ERTE cobrando las ayudas, pero pagando todos los gastos de seguros sociales, gastos de mantenimiento de local, hipotecas o alquileres en algunos casos y, lo peor, sin que nadie diga o haga algo para poder tener una mínima esperanza.

–Los expertos hablan de que una vez que se acaben los ERTE habrá empresas que no podrán tirar hacia adelante y las llaman empresas zombies porque están a punto de quebrar. ¿Es la situación de este sector? ¿Cuántos trabajadores hay en ERTE o cuántos están ya en el desempleo del sector? ¿Han cerrado ya empresas?

–Nosotros decimos que tenemos una fecha de caducidad: el 31 de mayo a 2021, cuando ya se acaban los ERTE. Una vez acabe estas ayudas, ¿qué empresario que se dedicaba a la venta de mercancía con Marruecos puede abrir y mantener todos los gastos de la empresa más sueldos, si no hay a quien vender los productos? A partir de junio se verán los índices de paro y de cierre de empresas como aumentarán. Un primer aviso son las cifras que dan la Autoridad Portuaria con el volumen de mercancía que entra en esta ciudad, fiel reflejo de la ‘industria’ de nuestra ciudad.

–¿Cómo ven los proyectos que propone el Puerto de poder intercambiar mercancía con Beni Enzar a través de un barco o también establecer la ruta con Argelia?

–La Autoridad Portuaria, y en concreto de su presidente Víctor Gamero, han sido los únicos que han mostrado preocupación por la situación que estamos padeciendo. Desde noviembre del 2019 hemos estados manteniendo reuniones con la Autoridad Portuaria y tratando el tema de la línea Melilla-Argelia, como alternativa al bloqueo que estábamos padeciendo por parte del vecino país.

Pero cuando vamos para cerca de dos años y con los proyectos ya afianzados, no vemos el apoyo por parte de nuestro Gobierno a estas ideas. La pregunta es por qué no se ha visto un apoyo claro por parte de nuestros gobernantes como interlocutores en Madrid. ¿Acaso no saben lo que nos ocurre o simplemente ya ocupado el ‘sillón’ sus objetivos ya están conseguido y se olvidan de los problemas reales de esta ciudad, que son muchos?

–¿Tienen alguna propuesta de iniciativas similares que ayuden a reflotar el sector en estos momentos?

–En estos últimos meses hemos enviado escritos a la ministra de Asuntos Exteriores, al presidente de CAM y a Delegación del Gobierno proponiendo algunas ideas de cómo podía ser la salida de mercancía con Marruecos, además de las líneas de Melilla-Argelia y Melilla-Beni Ensar, pero creemos que importamos muy poco a nuestros gobernantes, pues no existe ninguna voluntad política por ayudar a esta ciudad a creer en un futuro próspero.

“Creemos en una frontera fluida y sin que pase el caos que vivíamos hace años”

–¿Cómo ven que tiene ser el futuro de la apertura de la frontera?

–Creemos en una frontera fluida, y sin que pase lo que ocurría años atrás, tal vez el caos que vivíamos en años anteriores beneficiaba a alguien, y no eran los empresarios de Melilla. Como ya le dije el comercio con Marruecos es de hace muchos años, y nunca pasaba lo que ha ocurrido en estos años anteriores. Existía una gran fluidez por parte de las dos fronteras y la mercancía salía en grandes cantidades. En estos últimos años se ha reducido la mercancía y ha existido mayor caos en las fronteras.

–¿Creen que se podría apostar por una aduana comercial y que toda la mercancía pase por allí sin necesidad de porteadores en otros puntos fronterizos?

–Nosotros nos dedicamos a vender nuestros productos en nuestros locales comerciales, ya como salen a Marruecos se encargan los clientes de buscar la solución a que esos productos lleguen a unos precios que puedan ser adquiridos por sus clientes.

Si nuestros clientes quieren que su mercancía sea enviada a través de contenedores o furgonetas, ellos son los que deciden lo más ventajoso.

–¿Tienen noticias de cómo están los porteadores? Aunque su trabajo era precario y peligroso, se ha defendido que no tenían como ganarse la vida.

–Como le he dicho anteriormente, nuestra relación es con los empresarios, los cuales compran nuestro productos en nuestros locales, estos clientes son los que emplean a los porteadores para que sus productos puedan llegar a su lugar de destino, está claro que son gente que no disponían de ningún otro ingreso y su única manera de poder subsistir era a través de lo que los empresarios marroquíes. Les pagaban para poder sacar esta mercancía, bien en furgonetas, coches, bicicletas, motos o a pie.

Pero según nos cuentan desde el otro lado, la gente lo está pasando muy mal, además de poder verlos por las redes sociales, como piden que se abran las fronteras con Melilla por que no tienen otra manera de sustento.