La primera quincena de octubre comienza la campaña de vacunación si no hay problemas de suministro. Una campaña que este año cobra más importancia debido a la pandemia que se vive en el país y en el mundo. De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, primero se vacunará a la población institucionalizada y al personal de centros sanitarios y sociosanitarios.
Sin embargo, esta jornada se prolongará durante varios meses para facilitar que todas las personas en las que se recomienda la vacunación puedan acceder a esta. Sanidad asegura que la vacunación frente a la gripe es necesaria todos los años por dos motivos.
El primero es que el virus de la gripe tiene una gran capacidad para variar sus antígenos de superficie, por lo que “estas variaciones implican la aparición de nuevos virus de la gripe frente a los que el ser humano no tiene protección. Por este motivo la vacuna debe actualizarse cada año”, explica el Ministerio.
Además, y en segundo lugar, los anticuerpos producidos por las personas gracias a la vacunación antigripal disminuyen con el tiempo. A pesar de la necesidad de repetir la vacunación cada año, remarcan que se trata de una vacuna muy segura y suficientemente eficaz para evitar un alto porcentaje de hospitalizaciones y muertes producidas por la gripe.
Todos los años con la bajada de las temperaturas próximos al otoño y luego al invierno, se realiza la vacunación contra la gripe. Este 2020 comenzará un poco antes debido a la Covid. Sanidad subraya que “la vacunación es la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones”.
Remarcan que en el 2019-2020, con la vacunación evitaron el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en las personas de 65 años de edad y mayores. Pero la vacunación no es la única medida para prevenir este padecimiento.
Dentro de las normas preventivas y que toda la ciudadanía debe seguir está el taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables; lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado y procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las secreciones nasales.
También recomiendan limitar el contacto, en la medida de lo posible, con otras personas si se tiene malestar, fiebre u otros síntomas de gripe para evitar contagiarlas y evitar el contacto con personas enfermas para evitar que nos contagien.
Entorno a las vacunas surgen dudas sobre su efectividad. El Ministerio de Sanidad indica que esta depende fundamentalmente de dos factores: la edad y el estado de salud de la persona vacunada; asó como la similitud entre los virus de la gripe que está circulando y aquellos con los que se fabricó la vacuna.
Sin embargo, si la persona que adquiere la infección se ha vacunado, la enfermedad será probablemente menos grave. Agregan además de que “se trata de una vacuna muy segura y con alto impacto para evitar un alto porcentaje de las hospitalizaciones y muertes ocasionadas por la gripe”.
Detallan que numerosos estudios clínicos han confirmado la seguridad de la vacuna frente a la gripe y, en el mundo, se administran cientos de millones de dosis.
No obstante, esta puede generar efectos secundarios. El más frecuente es molestia o dolor en el lugar de la inyección”. Generalmente suelen durar menos de 48 horas y, rara vez, interfieren en el desarrollo de las labores diarias. Otras de las reacciones que puede generar son fiebre, malestar o dolores musculares. Según Sanidad, estas inicial en entre las primeras 6 y 12 horas y se prolonga, generalmente, hasta uno o dos días.
Después de la vacunación, muchas personas sufren síntomas catarrales similares a los de la gripe. Esto se debe a que “coexisten numerosos virus respiratorios (rinovirus, virus sincitial respiratorio, virus parainfluenza, adenovirus…), además del virus de la gripe, que se propagan y causan enfermedad durante la temporada de gripe. La vacuna solo protege frente a la gripe y no frente a esos otros virus. Pero el cuadro clínico de la gripe es más grave, y por lo tanto es mucho más importante protegerse frente a ella”, señala Sanidad.
Asimismo explica que desde que se recibe la vacuna se necesitan dos semanas para que el cuerpo desarrolle protección inmunitaria. Es posible haberse infectado por el virus de la gripe inmediatamente antes de haberse vacunado o durante las dos semanas posteriores a la vacunación, por lo que una persona podría tener la gripe a pesar de haberse vacunado.
También, algunas personas pueden infectarse por un virus de la gripe diferente a los que están incluidos en la vacuna o pueden no quedar adecuadamente protegidas debido a la edad avanzada o al estado de salud. La capacidad de las vacunas de proteger a una persona contra la gripe depende, en gran medida, de la coincidencia de los virus seleccionados para elaborar la vacuna y aquellos que circulan en esa temporada, y de la capacidad de sistema inmunológico para generar protección inmunitaria.
Para el Ministerio de Sanidad este año la vacunación de la gripe toma más importancia, debido a que coinciden la pandemia por coronavirus y la gripe. Indican que la coincidencia de estas enfermedades “puede aumentar las complicaciones en los grupos de riesgo para los que ambas enfermedades pueden ser especialmente dañinas y conllevar una importante sobrecarga asistencial”.
El nuevo coronavirus y el virus de la gripe tienen presentaciones o cuadros clínicos muy parecidos. Ambos comparten vías de transmisión y causan enfermedades respiratorias, con una gran variedad de síntomas, que pueden ir desde infecciones asintomáticas o con síntomas leves, hasta enfermedades graves y muertes.
Según Sanidad, “lo que varía es la proporción de pacientes con sintomatología grave ya que en el caso del nuevo coronavirus el 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, el 15% son infecciones graves, que requieren oxígeno, y el 5% son infecciones críticas, que requieren ventilación. Estos porcentajes de infección grave parecen más elevados que los observados en el caso de la infección gripal”.
El modo de transmisión y los síntomas de la COVID-19 son muy similares a la gripe, por lo que en la próxima temporada será especialmente importante reducir la carga de enfermedad y las complicaciones de la gripe en la población más vulnerable y en sus contactos mediante la vacunación.
Señalan que la fiebre, la tos y la pérdida de olfato/gusto son síntomas comunes en la gripe y en la COVID-19, sin embargo, la fatiga, el dolor de garganta, dolor de cabeza y dolor muscular parecen producirse con menos frecuencia en la COVID-19 que en la gripe. La dificultad respiratoria también parece ser más frecuente en la COVID-19.
Puesto que la sintomatología de gripe, COVID-19 y otros cuadros catarrales es similar, es importante consultar con tu profesional sanitario y seguir su consejo. Si usted está vacunado de gripe, es mucho menos probable que los síntomas sean debidos a la gripe
El 25N es un día de conmemoración y reivindicación en el que debemos refrendar nuestro…
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) se suma al Día Internacional de la…
La Asociación de Amas de Casa de Melilla celebró una vez más, como sigue siendo…
El personal de Enfermería del centro de salud de la Zona Norte (Cabrerizas), dependiente del…
Salgamos de la confusión, del territorio de la barbarie y de los bárbaros. Así, en…