A mi buena madre Carmela

Y a todas las madres en general, por todas las mujeres, benditas sean en su libertad, en sus derechos, en su trabajo e igualdad.

Al ser mañana ese día de las madres de cada primer domingo de mayo, quiero recordar a mi madre Carmen García Rivas, Carmela para todos los que la conocían, familia, vecinos/as y amistades. Cuánto te añoro mamá querida a pesar del tiempo transcurrido, desde tu triste fallecimiento con solo 53 años en aquel diciembre de 1975, un mes y medio antes había fallecido tu marido Antonio, mi también querido padre, muy triste año, solo salvado por el feliz nacimiento en mayo de nuestra primera hija, Mónica. Acudisteis desde Melilla a Manresa para conocerla, a pesar de que ya no os encontrabais nada bien ninguno de los dos.

Fuiste un gran ejemplo como persona, esposa, madre y abuela, pero por desgracia qué poco tiempo disfrutaste de tus seres queridos y nosotros, tus hijos de ti. Como digo más arriba solo tenías 53 años, pero toda una vida sufriendo y padeciendo enfermedades y muy especialmente de huesos.

Muy triste y doloroso ese final del año 1975, papá se fue en octubre y tú en diciembre, vuestra nieta nació el 14 de mayo, una rubita preciosa de ojos azules como su bisabuela Carmen y su tío abuelo Rafael. Quisisteis estar más tiempo con nosotros, disfrutar de vuestra nieta y ayudarnos en casa cuidándola por nuestro trabajo, pero por desgracia, en junio tuvisteis que marchar a Melilla para vuestra atención por los médicos que os trataban, llegar a Melilla y mis hermanos os tuvieron que llevar al hospital, no estabais bien. Desgraciadamente, ese mismo año, en octubre papá y en diciembre tú, desde allí al cementerio de la Purísima, así de injusta es en ocasiones la vida y la muerte.

Como decía al principio, poco hemos disfrutados de vosotros y estoy convencido que al conjunto de vuestros nietos les hubiese encantado disfrutar de esos abuelos tan maravillosos, de 10 nietos/as solo conocisteis a 4 de ellos durante su corta edad, muchos biznietos también disfrutaríais ahora.

Mamá, solo tenías un ojo, otra triste enfermedad te dejó sin el otro, curiosamente, con uno solo veías mucho más que todos nosotros, recuerdo de pequeño que si algo minúsculo caía al suelo, tú eras siempre la primera en encontrarlo y a la hora de ensartar una aguja, como nadie. No aprendiste a leer ni a escribir, lógicamente, siempre ayudando en casa a tus padres como hermana mayor de cuatro, eran otros tiempos. Papá o alguno de mis hermanos te leían mis cartas cuando mi mili en San Fernando y yo te leía la de mis hermanos durante sus servicios militares y después en sus destinos como policías en otros lugares de España. ¡Qué contenta te ponías! Al saber todos cuando mi colega cartero traía esas dulces misivas.

Este domingo Día de LAS MADRES con mayúsculas, te recuerdo más que nunca y te digo, que te merecías mucha más vida, fueron solamente 53 años vividos, papá vivió 72, te llevaba 19 años (fuiste su segunda esposa) pero no se notaba casi nada, tu parecías mucho mayor por tus muchos males y padecimientos con dolores, una pena. Tus hijos, nietos, hermanos, conocidos y esa familiaridad con tan buenos vecinos de nuestra calle F (ahora Río Segura) y de otras cercanas de nuestro barrio, el Monte María Cristina, todos te querían, os querían mucho, me consta.

Mamá Carmela, nos hacías mucho reír cuando con tu pronunciación peculiar, a Jaime Morey que te gustaba mucho oírlo cantar le decía “el de las tetillas” por esas bolsitas características en su cara, y cuando al Dúo Dinámico, les llamabas el Dúo Minámico, no lo pronunciabas bien de ninguna manera.

Siempre te vamos a recordar con mucho cariño, con todo el que tú nos has dado siempre. Gracias mamá por darme vida, cuidarme, enseñarme siempre buen comportamiento y educción con mis semejantes, por satisfacerme tanto siempre y hacerme disfrutar ahora y siempre de la familia tan maravillosa que tengo junto a mi esposa, compañera y excelente madre también de cuatro maravillosos hijos. Extiendo mi felicitación a todas las madres ¡Te quiero MAMÁ!