Los melillenses hemos asistido estupefactos a la escalada y desescalada de manifestaciones, que ha derivado en una guerra mediática entre Coalición por Melilla y el Partido Socialista.
Los votantes podemos entender que partidos diferentes, tengan opiniones diferentes sobre un tema u otro, pero damos por hecho que cuando formaciones distintas acuerdan gobernar en coalición tienen, como mínimo, que respetarse entre sí, pero, sobre todo, respetar las líneas rojas de su socio de Gobierno.
Y eso quizás es lo que no se ha respetado en Melilla: las líneas rojas. Estábamos acostumbrados a los rifirrafes entre la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y el líder de CpM, Mustafa Aberchán, pero no a que la líder de los socialistas melillenses, Gloria Rojas, mostrara públicamente sus opiniones de manera visceral y con violencia verbal y radicalidad ideológica inusitadas. Si el comunicado salió de su puño y letra, envió a la ciudadanía melillense un mensaje claro: "Estoy hasta el moño".
¿Tenía derecho Gloria Rojas a defender a su secretaria de Organización de la polémica rueda de prensa de Aberchán? Sí, probablemente lo estaba reclamando la militancia. Pero ya se sabe que los chats de grupos de los partidos políticos los carga el diablo. Creo que a Rojas le fallaron las formas o que, por motivos que se me escapan, tomó prestadas maneras que no son suyas.
En cuanto a Aberchán, claro que estaba en su derecho de exigir cambios en la circular de la frontera que afecta mayoritariamente a su electorado. ¿Por qué no iba a hacerlo? Le sobraron adjetivos en su intervención, pero no se puede juzgar esa rueda de prensa sin escuchar antes las declaraciones de Sabrina Moh, muy dada a la pulla y el escarnio públicos. Quien siembra vientos, recoge tempestades.
Y a Gloria Rojas se le puede criticar hasta el infinito, pero no se puede decir de ella que sea una mujer beligerante o irresponsable. Y en este caso, lo ha sido y ha puesto en peligro el Gobierno de Melilla.
¿Qué habría pasado si después del batacazo histórico en Andalucía el PSOE hubiera perdido también el Gobierno de Melilla? En estos momentos no estamos hablando de un daño local sino de un daño terrible al partido que en clave nacional se habría traducido en la entrada oficial en barrena del sanchismo que tanto ha defendido.
Muchos de los que han votado toda la vida PSOE, les han dado la espalda en Andalucía. Creer que lo han hecho engañados es síntoma de consumo insano de psicotrópicos. La gente que no llega a fin de mes y que con el calor brutal que está haciendo no puede encender el aire acondicionado en Sevilla, Almería o Granada, sólo tiene una opción a mano: buscar el cambio.
De más está que os cuente que pedimos la opinión sobre lo ocurrido entre Rojas, Moh y Aberchán al presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y nos devolvió su ya tradicional negativa a manifestarse sobre temas que no le parecen serios o no le incumben. ¿Qué va a decir si tenía su sillón en el aire?
No estamos hablando de un debate en el que se dirimen las discrepancias en torno a las licencias para montar un carrillo en Melilla. Estamos hablando de la estabilidad del Gobierno de una ciudad autónoma que no puede convocar elecciones en estos momentos.
Si Aberchán hubiera respondido a Rojas con la misma visceralidad, hoy ya no tendríamos Gobierno en Melilla. En eso, Dunia Almansouri estuvo fina. Dijo lo que tenía que decir, pero sin estridencias.
Imbroda ya advirtió de que no le interesa una moción de censura. Por cierto, dio el aviso dos o tres días antes de que estallara el conflicto.
Si se rompiera el Gobierno, al no haber posibilidad de moción de censura, CpM tendría que gobernar en minoría y se vería obligado a buscar consensos para aprobar en pleno cualquier decisión.
En esas circunstancias no podría contar al menos con tres de los votos de PSOE, con los 10 de PP y probablemente tampoco con el que le queda a Vox.
No pongo la mano en el fuego por lo que podrían votar Mohamed Mohand, Eduardo de Castro y Jesús Delegado Aboy. Suponiendo que los tres apoyen a los 8 diputados de CpM, tendríamos 11 votos a favor y 14 en contra. Habría que negociar abstenciones. En fin, un calvario para Melilla.
Se paralizaría la ciudad, con suerte, durante 11 meses a menos que se consiguiera sacar adelante una cuestión de confianza, que de ganarse, refuerza al Gobierno frente al Parlamento. ¿Se puede ganar una cuestión de confianza en Melilla? Yo creo que no.
Resumiendo, lo que puede venir por delante es una paralización de la gestión municipal en un momento de crisis económica brutal. El escenario no está para ensayos.
Es cierto que todos los gobiernos de coalición terminan rompiendo antes de que acabe la legislatura, para hacerse ver y notar por separado, pero una cosa es romper en enero o febrero y otra muy distinta, paralizar la gestión de los fondos europeos durante 10 meses.
En definitiva, creo que tenemos todo el derecho del mundo a pedir responsabilidad a nuestros políticos. Si queréis hacer una moción de censura, adelante, pero si no os salen los números, pensad en los ciudadanos. Pensad en las familias que sufren la terrible pobreza energética que padece nuestro país. Pensad en las empresas que ya no pueden apretarse más el cinturón. Sed egoístas y elegid entre el paro o vuestras nóminas.
No es el momento de frivolidades, ni de espectáculos. Los ciudadanos os pedimos que estéis a la altura de la inmensa responsabilidad que tenéis. Tonterías en Melilla, las justas.
Cogidito por los pelos...
Ni va haber moción de censura, ni se va a ir a más con las discrepancias y peleas entre miembros de la coalición...
Lo que si hay que hacer es repartir "irresponsabilidades" de áreas. Y que cada palo aguante su vela.
Si deportes lo hace bien, aunque con flecos, pues hay que decirlo.
Si medio ambiente lo hace mal, éste sin flecos, pues también.
Igual por el otro lado... Y aunque todo sea gobierno en conjunto, sabemos a ciencia cierta, que hay áreas que hacen la guerra por su cuenta y riesgo que, algunas veces, me hace pensar que toman decisiones sin pasar por el consejo de gobierno o sin "avisar", cuando menos, o consultar al resto de los socios....
Puesto a pensar y poner en una balanza, no se sabe que es mejor o peor, que cada cual vaya a su aire o que todo salga del dedo del dictador pepero.