La UD Melilla sigue alargando el momento dulce que atraviesa en este inicio de campeonato. El equipo que dirige Josu Uribe no dio ningún tipo de opciones a un rival de su liga particular cuyo potencial nadie discute, pero que deberá mejorar mucho si no quiere quedar descolgado de la zona noble a las primeras de cambio. La diferencia de actitud fue abismal entre ambos equipos. El propio técnico visitante lo reconocía al término del duelo. Mientras los norteafricanos salieron enchufados desde la caseta, los extremeños no estuvieron nunca en el partido. La situación no es nueva para el conjunto que dirige el que fuera jugador azulino José Miguel Campos, que tiene mucho trabajo por delante para sacar provecho del potencial que reúne en un plantel confeccionado para metas mayores que la simple permanencia. Campos pedía perdón al término de un partido en el que su equipo solo estuvo a la altura durante el primer cuarto de hora del segundo acto. El preparador murciano necesita tiempo para ello, pero si hay algo de lo que se carece en fútbol es precisamente de eso.
De entrada, la grada se veía más poblada que en citas precedentes a pesar del calor que hizo en una mañana soleada que invitaba a visitar cualquiera de las playas de la ciudad tras disfrutar del penúltimo día de Feria. El Melilla no les defraudó. Lo repitió Uribe en las horas precedentes al duelo: “No sé si ganaremos o perderemos, pero los aficionados se marcharán orgullosos de su equipo”. Está claro que el equipo es el que tiene que llevar a la gente al campo y de seguir así a buen seguro que lo hará. La directiva también ha puesto de su parte para ello.
Los azulinos salieron como motos. No dieron un respiro al adversario y fruto de ese empeño llegaba el primer tanto del encuentro cuando apenas se habían disputado cuatro minutos del mismo. Una subida de Pepe por banda derecha acababa en lanzamiento desde el banderín de esquina. Parecía que no tendría consecuencias, pero el rechace de la zaga romana llegaba a los pies del talentoso Sufian quien colgaba el cuero al corazón del área donde David Cubillas, tras un magnífico control orientado, se quedaba solo ante el meta Salcedo al que batía de tiro cruzado. El espigado ariete castellonense devolvía así la confianza que el míster había depositado en él y adelantaba al cuadro norteafricano en el marcador.
Pronto se le puso de cara el encuentro a una Unión Deportiva que fue creciendo con el paso de los minutos aunque sin llegar a generar ocasiones claras de peligro. Así hasta que en una acción sin aparente peligro Sufian presionó al meta visitante tras recibir una pelota envenenada de uno de sus centrales. Salcedo se complicó él solito la vida y el melillense le ganó la posición y la posesión de la pelota hasta caer derribado por el arquero extremeño. El árbitro, muy cerca de la jugada, señalaba el punto de penalti y Nacho Aznar, con gran tranquilidad, engañaba al portero y ampliaba las distancias en el electrónico cuando éste reflejaba el minuto 30 de partido.
Las cosas se le pondrían aún mejor al titular del Álvarez Claro cuando tan solo dos minutos después de conseguir el segundo tanto, David Cubillas se aprovechaba de una indecisión de los centrales romanos para encarar la portería visitante. Ayoze no daba pie a ello y derribaba al goleador azulino en las mismas narices del trencilla jienense adscrito al Colegio Madrileño, quien no dudaba en mostrar la cartulina roja al '5' del Mérida. A partir de ahí, con una hora por delante de partido, la escuadra extremeña entregó la cuchara. La UD Melilla, con superioridad numérica, marcó el ritmo del partido llegando a jugar a su antojo y en algunos momentos para la galería. Cosa que el público agradeció.
El segundo tiempo apenas tuvo historia. José Miguel Campos daba entrada a Bernal y Mongil y dejaba en la caseta a Borja y a José Ramón. Parecía que el Mérida quería meterse en el partido. Dominó los primeros quince minutos tras el asueto, justo lo que duró el “efecto gaseosa”. Los visitantes pudieron acortar distancias. El colegiado anuló un gol a Bernal en el 52 aún no se sabe por qué. Y Hugo volvió a intentar el gol olímpico que tampoco consiguió materializar en el primer tiempo. Fueron las dos únicas ocasiones en las que Dani Barrio tuvo que emplearse casi a fondo en esta jugada.
La UD Melilla volvería a tomar las riendas del partido y justo pasada la hora de juego, David Cubillas, auténtico protagonista del choque, colocaba el 3-0 en el marcador y el segundo en su cuenta particular. El delantero unionista mostraba la clase que atesora al aprovechar un pase en profundidad de Santi Luque y elevar con maestría la pelota ante un adelantado Salcedo.
Con el duelo sentenciado Uribe decidía poner en marcha el carrusel de cambios. Santi Luque, muy activo a lo largo de la mañana, dejaba su puesto a Kiu; Rubén Sánchez entraba poco después en sustitución de un aclamado Cubillas; mientras que David Vázquez hacía lo propio por Sufian a falta de cinco minutos para la conclusión.
Antes Cubillas pudo haber completado un “hat-trick” tras un centro chut de Kiu, pero Salcedo evitaba que subiera el cuarto. Cosa que no pudo hacer a falta de tres minutos para los 90 reglamentarios cuando David Vázquez enganchaba un tremendo zurdazo dentro del área para hacer bueno los remates fallidos de Rubén y de Kiu y establecer el definitivo 4-0 con el que concluyó un duelo que a priori se barruntó muy igualado y que resultó muy desigual por la enorme superioridad del equipo norteafricano.
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