"Melilla es realmente un punto oscuro para España, Marruecos y Europa" en materia migratoria, dijo la secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Agnès Callamard, en una entrevista con EFE en Lisboa, donde también expresó su preocupación por la actitud de las autoridades con los menores que llegan a Canarias.
Callamard destacó que Melilla es "la demostración" de que la manera en que se regulan los flujos migratorios y de refugiados es "inhumana, inefectiva y debe parar".
Recordó que AI ha investigado la situación en la ciudad autónoma española y que ella misma estuvo presente en el lanzamiento del informe sobre los sucesos de junio de 2022, cuando al menos 37 migrantes murieron en el intento de entre 1.500 y 2.000 personas de saltar la valla fronteriza desde Marruecos.
La organización internacional documentó esos 37 fallecimientos, además de cientos de heridos y unos 70 desaparecidos.
Callamard leyó durante la entrevista el testimonio de un hombre de Chad, identificado como Zacharias, de 22 años, que aseguró a AI que tanto las fuerzas de seguridad españolas como las marroquíes arrojaron piedras, pelotas de goma y botes de gas contra los migrantes que trataban de atravesar la frontera.
En mitad del caos, los agentes españoles le golpearon la cabeza con una porra antes de entregarlo a las autoridades de Marruecos, que amenazaron con matarlo, aseguró el joven a Amnistía Internacional.
Callamard denunció violaciones de derechos a manos de los cuerpos de seguridad de España y Marruecos, así como la "impunidad" ante los crímenes cometidos, entre los que incluyó "el uso ilegal y desproporcionado de la fuerza por parte de la policía de ambos países".
"Nadie ha sido llevado ante la justicia ni ha rendido cuentas por haber maltratado, torturado o asesinado a ninguno de esos migrantes", apuntó la activista.
También llamó la atención sobre los desaparecidos, cuyas familias siguen preguntando qué les pasó: "Posiblemente estén ahora muertos, pero (los familiares) todavía necesitan, aún tiene el derecho a saber, un derecho que se les ha denegado", subrayó Callamard.
Sobre la situación de los menores migrantes que llegan solos a las islas Canarias, AI está "muy preocupada" por el hecho de que las autoridades del archipiélago español no estén demostrando "empatía ni compasión" y que "se estén comportando de maneras que posiblemente no sean muy legales".
Aun así, Callamard admitió que su organización entiende que la acogida de esos niños y adolescentes debería ser "compartida", ya que, indicó, no porque esos menores lleguen a las islas tienen que ser una responsabilidad exclusiva de Canarias.
"Esos chicos deberían ser ubicados en todas las regiones españolas y eso no está ocurriendo", reflexionó.
Según sus datos, solo el 6 % de los menores no acompañados que llegan a Canarias son distribuidos por otras partes de España, por lo que, a juicio de AI, "hay un problema real" con su reparto dentro del país, lo que no significa, incidió, que las autoridades de las islas Canarias no deban hacer todo lo que se supone que deberían hacer a la hora de lidiar con estos jóvenes.
Los menores "no deberían ser criminalizados, deberían ser acogidos bajo condiciones que sean humanas, desde luego que no deberían ser ubicados en centros de detención con adultos, etc...", enumeró Callamard.
Respecto a la gestión migratoria en otros países de la UE, como Italia, que está enviando a Albania a personas que llegan de forma irregular a su territorio, la secretaria general de AI señaló que están "estupefactos" e "indignados", y exigen a las autoridades italianas que "pongan fin de inmediato" a esta medida.
"Es ilegal, es inhumano, es inefectivo", remarcó.
Puso el ejemplo de Australia, que en el pasado envió a refugiados fuera de sus fronteras, lo que originó "una crisis de derechos humanos enorme" con gente retenida "en las condiciones más inhumanas".
Al final los casos de esas personas, enviadas a Papua Nueva Guinea, tuvieron que se tramitados y pudieron solicitar asilo en Australia.
"El intento de ahora de Italia de usar Albania es un reflejo de la externalización de la política de refugiados, algo contra lo que Amnistía ha hecho campaña de forma enérgica: 'Esta no es la manera de proceder'", advirtió.
Y concluyó: "No es violando la ley internacional la forma en que encontraremos una solución común" a la hora de recibir y gestionar las peticiones de refugiados.