La mariposa del madroño o cuatro colas (Charaxes jasius) está presente en el norte de África y también en el sur de España y Baleares. Su nombre hace referencia a la planta nutricia original de sus orugas, el madroño (Arbutus unedo). Las razones por la que esta espectacular mariposa pueda verse en los jardines del casco urbano son varias; las repasaremos después de describir la especie.
Charaxes jasius es una llamativa mariposa de la familia Nimphalidae, de mayor tamaño que todas las mariposas que habitan en nuestra ciudad; de hecho es la mayor mariposa de Europa. Sus alas son por la parte dorsal negras, con bandas naranjas y amarillas. La cara exterior de las alas presenta una serie de dibujos muy llamativos que combinan varios colores, como rojo, blanco y amarillo. Su oruga es verde y tiene unos curiosos cuernos en la cabeza. Como indica su nombre vulgar, la planta huésped de la Charaxes suele ser el madroño, aunque cada vez es más habitual que elija otras especies con similares características al madroño para poner sus huevos. La razón es sencilla; cada vez son más escasos los espacios naturales con presencia de madroños, y cada vez son más frecuentes los espacios ajardinados dentro de la ciudad, que siguen usando especies exóticas en vez de nuestras bellas y beneficiosas especies autóctonas.
Siempreverde y chirimoyo
Una de estas especies en las que la Charaxes se ha habituado a poner sus huevos, en vez de en el madroño, es el mióporo o siempreverde (Myoporum laetum), un arbusto de la familia de las Escrofulariáceas y de origen neozelandés muy usado en la jardinería actual para hacer setos. Al parecer, aunque el madroño sea una Ericácea y el mióporo una Escrofulariácea, por lo que son de familias muy diferentes, la textura de sus hojas y otras características de la planta, como sus toxinas, unido al hecho de que el madroño sea cada vez más escaso y el mióporo cada vez más abundante (está considerado incluso una especie invasora en Canarias), han convertido esta especie en el huésped habitual de la Charaxes en nuestra ciudad.
En las zonas litorales del sur de España los madroñales naturales han desaparecido en estas últimas décadas, lo que afectó a la población de Charaxes, que llegó a ser muy escasa. Hoy en día la presencia de esta mariposa ha vuelto a ser habitual, pero ahora ligada a los cultivos de chirimoyo (Annona cherimola).
Lugares de observación en Melilla
Precisamente una de las zonas de Melilla donde se puede observar con cierta asiduidad esta mariposa es la antigua zona de huertas que hay entre el río Oro y las instalaciones de la Shell. El espacio de estas huertas se fragmentó en multitud de fincas que terminaron convirtiendo las huertas en pequeños jardines. En muchas de estas fincas se plantaron mióporos que hoy en día tienen un gran porte, y es más que probable que la presencia habitual de la Charaxes por esa zona esté ligada a la abundancia de esta planta allí.
Madroñeras del Gurugú
Otra zona muy buena para observar a la Charaxes es en las únicas madroñeras que existen en la Guelaya, las que crecen en el Gurugú, en la zona próxima a la estación de radar. Antaño estas madroñeras eran mucho más extensas; no hace muchos años era habitual la venta callejera de madroños por el centro de Melilla y alrededores, madroños que eran recolectados en esta parte del Gurugú cuando la especie se extendía por una zona mucho más amplia que la que ocupa hoy en día.
Pesticidas y jardines autóctonos
El hecho de que en las zonas rurales que rodean Melilla no sea común todavía el uso de pesticidas industriales es un factor a tener en cuenta para explicar que todavía en nuestra zona abunden las Charaxes y otras muchas especies de mariposas, que están sufriendo una caída tal de sus poblaciones en España y Europa que muchas ya están declaradas en peligro de extinción.
El madroño es una especie de gran valor ecológico y muy a tener en cuenta en jardinería por su gran belleza y utilidad; una de las grandes ventajas de usar especies autóctonas en nuestros jardines es que atraen con sus flores y frutos a especies tan llamativas como la Charaxes; un jardín no puede ser bonito si no está poblado de mariposas y aves.