AYER celebramos el aniversario por los 41 años de la Constitución de nuestro país. La plaza de España acogió por la mañana un acto institucional en el que participaron las autoridades de la ciudad y se lanzó un mensaje unánime de apoyo a un texto que fue refrendado por el 87,78% de los españoles que participaron el 6 de diciembre de 1978 en la votación. Desde entonces, la Carta Magna ha recibido un apoyo firme tanto por parte de los partidos políticos como por parte de la ciudadanía. No en vano, tras su aprobación, nuestro país a disfrutado de cuatro décadas de paz y avance económico y social. Sin embargo, tras este tiempo, el texto necesita de algunos ajustes y actualizaciones para poder hacer frente a los desafíos a los que nos enfrentamos. Las diferentes sensibilidades nacionales que existen en España ya están recogidas en el texto actual, pero alguna modificación al respecto podría servir para calmar las ansías de los nacionalistas periféricos. Por otro lado, temas como la violencia de género o la lucha contra el cambio climático, que se han convertido en dos de los ejes sobre los que pivotan algunas de las grandes reflexiones de nuestro tiempo, así como la robotización del trabajo y la cada vez más presente Inteligencia Artificial, son asuntos de nuevo cuño que también necesitan figurar en nuestra Ley de leyes. Así mismo, la organización del Estado o las funciones y derechos y obligaciones de la Corona son temas que distintos sectores piden que se retoquen. Con todos estos retos sobre la mesa, a pesar de que el texto haya funcionado razonablemente bien durante estos 40 años, tal vez sea hora de plantearse una puesta al día de nuestra Constitución.