El programa de educadores de calle lleva funcionando ya un mes y en su primer informe se indica que hay 140 menores y mayores extutelados viviendo fuera de los centros de acogida. De este total, hay 115 chicos que son aún menores de 18 años y el dato que más llama la atención de los recogidos por este programa de atención es que hay un 30% de niños que nunca ha estado en centros de acogida. Con el cierre de la frontera, las vías de entrada de estos menores extranjeros no acompañados (mena) son el mar y las alcantarillas.
La mayoría vive en chabolas en diferentes puntos de la ciudad, incluida la escollera donde habría unos 30, y mendigan en los supermercados, según ha informado el viceconsejero del Menor y la Familia, Abderrahim Mohamed. De hecho, apuntó que hay entre 30 y 35 chicos que fueron extutelados por la Ciudad que cada noche acuden a la zona del puerto para intentar introducirse como polizón en un barco en dirección a la península. También hay otros 25 menores que estaban en los centros y se han dado de baja de ellos.
Y, aunque no hay casos de niñas que vivan en la calle de forma constante, sí que hay bajas en el Centro Asistencial, pero de forma temporal. Indicó que hay varios motivos que llevan a estas bajas y altas, aunque no detalló ninguno.
En cuanto a por qué los chicos no quieren estar en un centro de acogida, Mohamed explicó que en todos hay un régimen que deben seguir, como las horas de comida, las actividades o cursos de formación y no todos se adaptan a esta disciplina ni a las normas internas. También comentó que hay casos de adicciones entre este colectivo que vive en la calle.
En este primer mes del programa, ya se han realizado algunas intervenciones importantes, como evitar el suicidio de un joven que se quería lanzar al vacío por parte de un auxiliar de educación; y la asistencia a un menor que cayó del puente que está junto a la sede de los Bomberos hasta la llegada de los servicios sanitarios. Y en este sentido, argumentó que hay una colaboración continua con las Fuerzas de Seguridad porque todos esos datos se han obtenido en un trabajo de campo en el que se ha contado con Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local.
El programa de educadores de calle atenderá tanto a mayores como menores de edad para convencerles de que vuelvan a los centros. Se han creado 44 puestos de trabajo durante seis meses, algo que considera que ninguna otra consejería ha logrado, y el coste del proyecto es de 675.000 euros. Para su puesta en marcha se ha escogido a la Fundación Arquisocial por su experiencia en estas actuaciones y por presentar una mejor oferta, apuntó el viceconsejero del Menor y la Familia.
Se contará con un director del proyecto, cuatro trabajadores sociales, cuatro educadores sociales, cuatro coordinadores, tres auxiliares administrativos, una enfermera y 26 auxiliares educativos. Indicó que son perfiles profesionales para los que se exige la formación adecuada para su desempeño.
Mohamed apuntó que a los extutelados por la Ciudad se le está echando una mano con la documentación. También se está repartiendo para todos los chicos que están en situación de calle desayunos y meriendas, se han entregado más de 400 mascarillas y se ha donado ropa de abrigo, así como mantas.
En el caso de los menores de edad, el objetivo principal es convencerles para que vuelvan a los centros de acogida y entren en el circuito de atención social para que puedan integrarse a nivel social.
En concreto, los objetivos generales del programa de educadores de calle son: conocer el número exacto de chicos que hay en esta situación; informar a los menores de los beneficios de estar en un centro de acogida; conseguir recursos a través de empresas privadas y ONG para ayudar en esta misión; insertar a los menores en la sociedad con actividades lúdicas, como el deporte, aunque ahora muchas de estas iniciativas no se puedan ejecutar por la situación de pandemia; averiguar el lugar donde duermen esos chicos; realizar una atención al ciudadano que tenga una queja del colectivo, por ejemplo, por una molestia que haya sufrido o un hurto; y acompañar a los menores en el ingreso voluntario si se da.
Mohamed señaló que se trata de los chicos participen en actividades y así poder intervenir a nivel social con ellos. El centro de reunión es la plaza multifuncional. El programa se desarrolla de lunes a viernes y en horarios de mañana y tarde. Solo de forma excepcional se realizará en fines de semana o en festivos.
El viceconsejero del Menor y la Familia también comentó que habrá cuatro zonas en las que se va a intervenir por parte de los equipos, como son el barrio del Real, el Paseo Marítimo y el puente de Triana, los supermercados y el último son el Rastro, el centro y Melilla La Vieja. En cada zona hay tres auxiliares educativos, un coordinador y un educador social. Todos están comunicados e informan de las incidencias y las actuaciones a través de un grupo de WhatsApp.
Entre los talleres que se han podido realizar está uno sobre sensibilización frente a la Covid-19; sobre higiene, valores, alfabetización o deporte. Además, el proyecto de educadores de calle ha buscado la ayuda de ONG para conseguir ropa y mantas para estos chicos, así como con panaderías y pastelería para conseguir recursos alimenticios.
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