176 menores baten una cifra récord de acogidos en el centro de la Purísima

Según la consejera, sólo desde el domingo pasado han llegado 13 más y lo peor es que los ‘niños’ anuncian que hay muchos más menores esperando a entrar al otro lado de la frontera.

Melilla batió ayer una cifra récord en la acogida de menores extranjeros no acompañados que llegan a la ciudad y que pasan, obligatoriamente, en aplicación de la ley vigente, a depender de la Ciudad Autónoma hasta que alcanzan la mayoría de edad.
En total, al día de ayer, 176 menores se encontraban acogidos en el Centro de la Purísima Concepción, con capacidad real para un máximo de 120 en régimen de protección.
La cifra representa un registro histórico, según reconoció la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, pues si bien en septiembre pasado se llegó a alcanzar el número de 170, a principios de noviembre el  total de acogidos en la Purísima bajó a 156.
El motivo de las fluctuaciones se debe, principalmente, al movimiento constante de unos menores, en su mayoría entre 14 y 16 años, que encarnan a la perfección el arquetipo de un “inmigrante precoz” y que lo mismo acceden a Melilla que retornan a su lugar de origen u optan por deambular por la ciudad y buscarse cobijo en chozas ilegales, sitas en lugares de nulo tránsito y escaso control policial, a la espera de poder dar el salto a la Península como polizones en algunos de los barcos de mercancías o pasajeros que hacen la ruta con Melilla.
Garbín advirtió ayer del problema de saturación de un centro que normalmente sufre un repunte en el  número de acogidos siempre que se aproximan fechas festivas como la celebración de la Feria o la Navidad, pero que este año está batiendo todos los récords.  “Lo peor -señaló la consejera- es que los niños aseguran que hay muchos más menores esperando a entrar al otro lado de la frontera”.
No se sabe con certeza cómo han entrado, pero muchos de ellos reconocen que lo han hecho aprovechando los tumultos en el paso fronterizo. En todo caso, María Antonia Garbín fue cauta en el día de ayer y dijo que está a la espera de tratar con el delegado del Gobierno y la Policía Nacional las causas de esta mayor afluencia de menores, pues del goteo constante de uno o dos cada varios días se ha pasado a un total de 13 en sólo dos jornadas.
El perfil de los menores es siempre el mismo, adolescentes próximos a la mayoría de edad, marroquíes en su práctica totalidad, que en algunos casos proceden de familias desestructuradas y humildes en casi todos.
Parte de esas familias  les azuzan para que vengan a Melilla a intentar desde aquí “el salto a Europa” o cuando menos a buscar alguna vía de sustento mejor que la que tendrían en sus propios hogares.
Un último estudio académico al respecto, referido a las menores extranjeras no acompañadas acogidas por la Ciudad Autónoma, lo pone abiertamente de manifiesto. Así lo concluye Marisa Escamez, trabajadora y educadora social y autora de la tesina de fin de máster sobre conflictos sociales, en la que se realiza un análisis pormenorizado de las menores, casi todas marroquíes, acogidas en los centros melillenses y que, en común, confesaron que fueron animadas por sus propias familias a cruzar la frontera para buscar la protección de la Ciudad Autónoma.
Sin embargo, entre los 176 menores que al día de hoy se encuentran acogidos en el Centro de la Purísima, no hay ninguna niña. Todos son varones. Las acogidas de sexo femenino se encuentran en la Divina Infantita y otros centros locales y peninsulares, y suman en total unas 50.
Junto a ellas, en el capítulo de menores acogidos, hay que incluir también a los del Centro de Reforma, sito en la actualidad en un módulo anexo al de la Purísima, y que conforman hoy por hoy un conjunto de 20, en régimen interno, abierto o semiabierto, a los que a su vez habría que añadir otros 6 que se encuentran en centros peninsulares por estar sujetos a regímenes terapéuticos por prescripción judicial.
En total, el número de niños a los que la Ciudad presta atención actualmente es de 242:  De ellos, 226 en régimen de protección -por su menoría de edad y situación de 'abandono' familiar en Melilla- (176 varones y 50 niñas),  y 26 más en régimen de reforma o por dictamen judicial tras alguna infracción cometida por los mismos.

Más menores a la espera

Lo más preocupante, señaló ayer la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, no es ya el número récord de acogidos para un centro con capacidad óptima para 120 menores, sino el anuncio realizado por los últimos 13 menores que han llegado a Melilla, aparentemente a través de  los pasos fronterizos legalmente establecidos para el tránsito entre nuestra ciudad y Marruecos, y que aseguran que hay “muchos más menores esperando a entrar”.
De ahí, que María Antonia Garbín espere a analizar la situación con el delegado del Gobierno y responsables de la Policía Nacional y controles fronterizos con Melilla, con vistas a evitar una saturación que desborde por completo el Centro de la Purísima.
No obstante, muchos de esos menores abandonan el mismo centro si creen tener posibilidades de camuflarse como polizones en algunos de los buques correo o de mercancías que enlazan nuestra ciudad con la costa peninsular o andaluza.

El Estado no paga a Bienestar Social

Además del recorte de 1,5 millones de euros que realizó el Gobierno Zapatero respecto de los convenios firmados por la Cuidad y el Estado para compensar el mayor gasto que genera la atención a menores extranjeros no acompañados, el Estado sigue sin pagar, a  escasos días ya para terminar el presente año, los 2 millones comprometidos como aportación para los servicios que la Consejería de Bienestar Social presta a mayores, discapacitados, enfermos psiquiátricos y en las distintas ludotecas de la ciudad.
La situación supone un auténtico descalabro para las cuentas de la Consejería, que sólo en atención a menores acogidos gasta anualmente 8 millones de euros, una cantidad muy lejana de los 2 millones escasos que aporta el Estado para la atención a esos mismos menores, en un 99.9% marroquíes. Con anterioridad al Gobierno Zapatero, el Estado aportaba para el mismo fin 3,4 millones, que la Ciudad ha previsto reclamar al nuevo Gobierno de Rajoy con cargo a los próximos Presupuestos Generales del Estado.