EL presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, no faltó ayer a la cita que como mandatario de un Ejecutivo autonómico tenía en Madrid con motivo de la Fiesta Nacional. El jefe del Gobierno de Melilla se mostró “orgulloso” de haber representado a sus conciudadanos un año más en este solemne acto presidido por Sus Majestades los Reyes y proclamó que “siempre hay que estar” en el desfile del Doce de Octubre. Al parecer, no opinan lo mismo otros presidentes autonómicos. Es el caso de los de Cataluña, Carles Puigdemont; País Vasco, Iñigo Urkullu, y Navarra, Uxue Barkos. Pero la lista de ausencias no finaliza ahí. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, alegó “motivos personales” para no acudir a la celebración del día de la Hispanidad, mientras que el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, dio prioridad a un viaje a Cuba junto con empresarios de la región que preside. Ayer, tras la parada militar, el rey Felipe VI ofreció a las altas autoridades del Estado una recepción en el Palacio de Oriente, como manda la tradición. Tras ese acto, Imbroda mantuvo encuentros con miembros del Gobierno central, incluido el propio presidente Rajoy, a los que trasladó las inquietudes que afectan a Melilla. Así, conversó con Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deportes, quien tiene “pendiente” una visita a la ciudad. También lo hizo con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, con quien siempre es “interesante” hablar a causa de la “cuestión presupuestaria”. Asimismo, departió con el ministro de Justicia, Rafael Catalá. El jefe del Ejecutivo melillense aprovechó estas charlas con integrantes del Gobierno de la Nación para hacerles saber cualquier novedad relacionada con nuestra ciudad que pueda recibir atención desde Madrid. Los presidentes regionales que se ausentaron, especialmente el de la Generalitat, el lehendakari y la de la Comunidad Foral, podrían haberse planteado que celebraciones como la de ayer eran un buen momento para haber conversado con autoridades del Estado e intentar limar asperezas con el Gobierno central. Días como el de la Fiesta Nacional siempre sirven para tender puentes, no para romperlos.